"Es importante desarrollar las características positivas para lograr el éxito y llegar a ser mejor persona"...
1. Son amables
Podría parecer un término demasiado general, pero la gente
feliz es usualmente amable. Son personas con las que es agradable estar. Son
respetuosos, cálidos, considerados y útiles. No se ponen celosos. No pierden el
tiempo quejándose y ni siendo chismosos. Tienen una paciencia infinita y una
gran capacidad de entrega. Cualidades como estas sólo pueden provenir de un
arraigado sentido de felicidad. Las personas amables crean un clima social que
hace sentir a todos cómodos.
2. Son honestos
La verdadera felicidad no puede coexistir con las mentiras.
Aquellos que se mienten a sí mismos son más propensos a mentir a los demás y
luchar con relaciones poco saludables. Las personas felices saben quiénes son y
no temen mostrarlo. Son consistentemente ellos mismos y no sienten la necesidad
de usar máscaras o pretender ser algo que no son por ninguna razón.
3. Se alegran por los éxitos de LOS DEMÁS:
Las personas felices no se preocupan de dominar, sin embargo
tienden a estar en los mejores puestos. Para las personas felices, la victoria
no tiene significado sin un equipo con quien compartir la gloria. Aquellos que
reconocen los esfuerzos de los otros y que comparten libremente las alegrías
del éxito, viven vidas mucho más felices.
4. Tienen hermosas sonrisas
Hay una gran diferencia entre sonreír para la cámara y
sonreír en respuesta a la felicidad. Cualquiera puede mostrar sus dientes. Las
personas felices sonríen con todo su cuerpo, y algunas veces con toda la
energía. Una verdadera sonrisa no se puede fingir.
5. Son espontáneos
Si vivir en el presente es tan fácil de hacer, ¿por qué
tanta gente se preocupa con pensamientos del futuro o del pasado? Las personas
felices se sienten cómodas en su propia piel. Están contentos y conscientes de
cualquier momento en el que estén. Esto les permite ver oportunidades de
diversión y aventura que otros podrían pasar por alto. Es por esto que la gente
feliz es el alma de la fiesta.
6. Son buenos oyentes
La comunicación es más que sólo ladrar un montón de órdenes
y preguntarse por qué nadie está escuchando. La gente feliz siempre está
constantemente buscando nuevas perspectivas. Los sentimientos de los demás les
importan mucho. Saben que el bien mayor involucra mucho más que sus propios
deseos. Las personas felices han hecho un compromiso de por vida a estar
constantemente aprendiendo, y saben que la única forma de hacerlo es estar
callados y escuchar.
7. Esperan menos
Parece lógico que si esperas menos, vas a estar satisfecho
con menos. Esta forma de pensar permite un acercamiento a la vida mucho más
sustentable y menos materialista. La verdadera felicidad proviene de dentro, no
de las acciones u objetos que se encuentran fuera del ser.
8. No juzgan
A nadie le gusta que lo juzguen. Esto se debe a que la
mayoría de los juicios que nos hacemos unos a otros son falsos o mal
informados. Las personas felices aceptan que todos luchamos contra diferentes debilidades
El camino a la felicidad no es uno fácil de recorrer. Requiere un sentido de
honesta humildad que no resulta natural para todos.
El ser honestos con sus propias fallas y abrazar la individualidad y las diferencias, hace que las personas genuinas sean menos críticas y más aceptadoras con las personas que los rodean. Sus suposiciones sobre la complejidad humana y la renuencia a mirar a las personas a través de un lente sesgado o ideas preconcebidas les permite tener una perspectiva más pura, que por lo general les conduce a tener interacciones y relaciones directas y honestas.
9. Hablan lo que hay en su mente sin timidez:
Las personas auténticas se toman un tiempo para averiguar
sus propias opiniones y puntos de vista sobre las cosas, y no son tímidas a la
hora de compartir sus opiniones con el resto. Además, la manera en que comparten
sus opiniones también importa, pues ellas se sienten cómodas al presentar sus
ideas sin la expectativa de convencer a los demás de que tienen razón.
10. Responden a expectativas internas, no externas:
Las personas auténticas pasan tiempo pensando y explorando
sobre sus propias creencias, ideales y expectativas, pues se basan en las
respuestas a estas preguntas para darle una dirección y propósito a sus vidas.
Desde luego que identificar tus propias ideas y creencias no es necesariamente
fácil, ya que pueden entrar en conflicto con las creencias y normas de la
familia, comunidades y/o cultura en la que creciste.
11. Encuentran y forjan su propio camino:
Ser auténtico no solo se trata de lo que dices o piensas,
sino también de lo que haces y cómo estás en el mundo. Ser guiado por una
brújula interna significa no tener que seguir las rutas convencionales que los
otros toman para alcanzar sus metas. La gente genuina busca y descubre su
propia manera de perseguir sus objetivos, aunque esto represente un riesgo de
que no todos sus esfuerzos tendrán éxito necesariamente.
12. No se sienten amenazadas por el fracaso, lo consideran parte
del viaje:
La razón por la que la mayoría de personas siguen rutas
convencionales es porque son supuestamente "probadas y más seguras",
y por lo tanto es más probable que lleven al éxito. Por otro lado, ir por rutas
menos concurridas es más riesgoso y pueden conducir al fracaso. Sin embargo,
las personas genuinas tienden a seguirlas porque no se sienten amenazados por
la idea de fracasar. De hecho, consideran al fracaso como una parte integral de
su viaje, una fuente de aprendizaje y una experiencia enriquecedora que les
puede servir para crecer. Para ellos el fracaso es más instructivo que
amenazante.
13. Admiten sus fallas y asumen responsabilidad por sus
acciones:
Para ser honesto con tus sentimientos y opiniones debes, en
primer lugar, ser honesto contigo mismo sobre tus pensamientos, creencias y
comportamientos, lo que significa confrontar las malas con las buenas. Como
tal, las personas genuinas son más propensas a reconocer sus defectos y
carencias, a aceptarlas y asumir responsabilidad por sus acciones. De hecho, su
capacidad para asumir sus fallas, errores y fracasos se extiende más allá de
cómo se ven a si mismos.
14. Tienen una autoestima muy sólida:
Tener una sólida autoestima significa tener una autoestima
estable que no es ni muy alta alta ni muy baja. Los narcisistas, por ejemplo,
tienen la autoestima muy alta pero frágil. Como resultado de tener una
autoestima sólida, las personas genuinas pueden tolerar y absorber el fracaso,
la crítica, admitir sus fallas y aceptar a los demás. De hecho, el tener una
autoestima sólida significa, por definición, que puedes absorber la
retroalimentación negativa y positiva, y reconocer aspectos de tu carácter que
podrían necesitar trabajo o mejora, sin disminuir tu autoestima.
15. Actitud positiva:
resalta los puntos positivos sobre los
negativos; da más importancia a los aciertos que a los fallos, tienen más valor
las aptitudes positivas que las carencias, es más importante el trabajo
realizado que el resultado obtenido.
16. Es capaz de reconocer sus propias emociones y
sentimientos.
17. Puede verbalizar sus emociones y sentimientos.
Tanto los
considerados positivos como los considerados negativos necesitan ser encauzados
y dirigidos de alguna forma para poder expresarlos. La persona emocionalmente
inteligente reconoce el medio más adecuado y el momento propicio.
18. Sabe manejar sus sentimientos y emociones:
Es capaz de
lograr el equilibrio entre la exteriorización de las emociones y el dominio de
las mismas. Sabe ser paciente y puede aceptar la frustración, siendo capaz de
retrasar las recompensas.
19. Es empática:
Puede ponerse sin dificultad en la piel del
otro, percibe las emociones y sentimientos de los demás aunque no estén
expresadas verbalmente sino mediante una comunicación no verbal.
20. Tiene la capacidad de adoptar las decisiones correctas:
La forma en que se lleva a cabo la toma de decisiones conjuga aspectos tanto
emocionales como racionales. Los aspectos emocionales dificultan en muchas
ocasiones el poder tomar la decisión idónea. Es fundamental ser consciente de
los aspectos emocionales presentes en cada toma de decisiones, para que éstas
sean las adecuadas.
21. Está motivada, ilusionada y tiene interés por todo
aquello que hace:
Todo lo contrario a la apatía, a la indiferencia, al tedio y
a la desidia. Se motiva e ilusiona cuando tiene delante un buen proyecto y es
capaz de interesarse y preocuparse por todo aquello que le rodea.
22. Adecuado nivel de autoestima:
Sentimientos positivos
hacia sí misma y seguridad en su capacidad para afrontar los nuevos desafíos
que le proponga el destino.
23. Saben dar y recibir.
24. Presenta unos valores positivos que dan sentido a su
vida.
25. Puede afrontar con seguridad y es capaz de vencer a las
adversidades y frustraciones con que se encuentre en su camino aunque hayan
sido negativas.
26. Tiene la capacidad de complementar polos opuestos:
Lo
cognitivo y lo emocional, la soledad y la compañía, la tolerancia y la
exigencia, los derechos y los deberes.
Cualquiera que sonríe lo suficiente tiene que estar haciendo algo bien. Es momento de darse cuenta cuánto podemos aprender de ellas.
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