¿Cuántas veces a lo largo de tu vida has utilizado la palabra éxito? ¿Cuántas veces te has referido a esta palabra como algo que deseas, envidias o que es parte de ti? Pero, ¿cómo defines la palabra éxito?
Todo el mundo lo quiere y muy pocos lo consiguen. Parece
adivinanza y es curioso pensar que nos referimos a una palabra que tiene
distintos significados para cada persona. La hemos clasificado en éxitos
profesionales, familiares, escolares, sociales, financieros etc.
Es muy difícil o casi imposible llegar a un objetivo si es
que no lo tenemos claro. Lo primero que tienes que hacer para ser exitoso es
saber con seguridad qué es el éxito para tí ¿Es acaso el éxito un objetivo en
Tu vida?
El éxito de una persona se asocia a la capacidad de alcanzar
todas aquellas metas propuestas. Ser exitoso es una cuestión personal porque
los objetivos y metas dependen de motivaciones, intereses, principios y valores
propios de los individuos.
El individuo realmente exitoso no es exitoso sólo por
momentos o en situaciones de triunfo. Una persona exitosa siente esta paz y
esta autosatisfacción en momentos de dolor, fracaso, rechazo y frustración, se
mantiene firme, determinado y perseverante ante sus objetivos sin importar lo
adverso de las circunstancias externas. Para este tipo de personas el fracaso
es la mejor oportunidad de crecer y de aprender y saben que cada fracaso les
acerca a la meta que se han propuesto. En las artes marciales la mejor manera
de aprender a subir la guardia en un combate es recibiendo patadas.
“El éxito es la paz mental, es la autosatisfacción de saber
que haces lo máximo para llegar a ser lo mejor que eres capaz de ser”
CLAVES DEL ÉXITO:
Rasgos de las personas exitosas
Los triunfadores en diversas áreas de la vida pueden parecer
diametralmente opuestos. Cada uno tiene su personalidad, preferencias,
intereses, motivaciones, etc. Entonces, ¿cómo podemos agrupar las claves del
éxito?
Aunque estas personas hayan cumplido sus metas de diferentes
formas, todos perseguían un sueño e hicieron todo lo posible con lograrlo.
Puedes seguir las pautas que expondremos a continuación para alcanzar
cualquier meta.
Adaptando estas recomendaciones a tu vida estarás preparado
para lograr lo que te propongas, independientemente de si quieres aprobar todo,
rescatar tu negocio o superarte en tu vida personal. ¿Estás listo para
sobresalir?
1. Siente pasión por lo que haces
A veces el motivo que impulsa a la gente a buscar el éxito
es meramente económico o consiste en adquirir un mayor estatus. Es indudable
que esto conduce a algunas personas a tener un buen sueldo y una vida
acomodada. Pero con esa actitud nunca serán pioneros en algo, ni siquiera
lograrán disfrutarlo si no están locamente enamorados de sus metas.
2. Ten claras tus metas
Es preciso que antes de actuar pensemos con precisión qué
queremos conseguir. Nos dan este consejo desde pequeños y ya lo hemos
escuchado muchas veces. No obstante, es necesario que lo interioricemos bien
porque si no sabemos cuáles son nuestros objetivos es probable que perdamos el
tiempo y nos desviemos de nuestro fin.
Un buen hábito, o clave de éxito, para no perder de vista
nuestros propósitos es apuntarlos en un lugar visible. El soporte en el que lo
hagamos depende de nuestras preferencias, podemos tener una pizarra en casa,
dejarnos notas, hacer mapas conceptuales en un diario, etc. Lo primordial es
que dirijamos nuestra energía hacia la estrategia que debamos trazar.
3. Sé organizado
Si somos la típica persona que siempre pierde todo o llega
tarde a todas partes, deberemos hacer más sacrificios que las que nacieron con
una agenda bajo el brazo. Sin embargo, es posible adquirir costumbres que logren
expandir nuestro tiempo.
No es preciso que sigamos un rígido horario, pero dedicar
un tiempo a pensar cuáles son las tareas que tendremos que realizar a lo largo
del día y calcular aproximadamente el tiempo que tardaremos, contribuye a que
aumentemos nuestra productividad.
4. Trabaja duro
Esforzarse es una de las claves del éxito, evidentemente.
Pero no es tan “sencillo” como emplear una cantidad inmensa de horas en las
funciones que nos ayuden a cumplir nuestros objetivos. Es necesario que dedicar
el tiempo a tareas útiles y es imprescindible una adecuada planificación para
lograrlo. También es vital apoyarse en un buen equipo y saber relacionarse con
él.
Las noches en vela, los sacrificios o las continuas
repeticiones y modificaciones son habituales para las personas que persiguen
sus sueños. No podemos dejar que la perseverancia y la tenacidad nos abandonen
nunca. Aún así, es preciso recordar que es mejor trabajar de forma
inteligente que hacerlo simplemente a destajo.
5. Descansa
Es tan relevante saber trabajar como descansar
adecuadamente. Todos hemos advertido cómo se desploman nuestros párpados
cuando llevamos demasiadas horas pegados al portátil o ante un libro
soporífero. Aunque la tarea que estés realizando sea apasionante, no hacer
las pausas necesarias es totalmente contraproducente.
Es primordial que vigilemos atentamente nuestra salud mental
y sepamos cuáles son nuestros límites para no quedarnos en el intento por
agotamiento. Para que el tiempo que dediquemos a nuestro objetivo sea
productivo debemos invertirlo cuando estemos en las mejores condiciones. Es
decir, si llevas dos horas contemplando el mismo folio en blanco, ha llegado el
momento de echarte una siesta o dar un paseo.
6. Cuídate
Prémiate cada vez que consigas algo relevante. Por ejemplo,
si estás deseando aprobar una asignatura y el profesor te felicita por un
examen parcial, recompénsate con un capricho que lleves un tiempo deseando
como una buena merienda o ver tres episodios seguidos de tu serie preferida.
Reconocer tus triunfos elevará tu autoestima y también tu autoeficacia.
Asimismo, te sentirás más feliz y motivado para continuar haciendo un gran
trabajo.
Igualmente, mantén hábitos saludables. Duerme bien, vigila
tu alimentación, haz ejercicio, no te dediques al móvil antes de ir a la
cama, etc. Puede parecer una obviedad, pero mimarte te proveerá de ánimo y
vitalidad para que seas capaz de enfrentarte a cualquier reto.
7. Mejora tu inteligencia emocional
Nos veremos obligados a fracasar una y otra vez si no
gestionamos adecuadamente nuestras emociones y comprendemos las de los demás.
Tenemos un fuerte instinto gregario y afortunadamente estamos obligados a vivir
en sociedad. La ayuda y el apoyo de otras personas es el mejor recurso con el
que podemos contar.
Si te consideras especialmente torpe a la hora de predecir e
identificar los sentimientos de la gente o te cuesta encontrar una palabra para
nombrar tus estados de ánimo, no te alarmes. Es posible poner en práctica
técnicas, como dedicar un momento al día para detenernos en lo que hemos
hecho sentir a los demás y lo que hemos experimentado nosotros, que mejoren
considerablemente nuestras relaciones personales.
8. Conócete bien
La inteligencia intrapersonal, que consiste en saber cómo
comprendernos en profundidad, es fundamental para alcanzar cualquier
propósito. Ser realista a la hora de autoevaluarnos es uno de los mejores
regalos que podemos hacernos. Ejercitar nuestro pensamiento crítico (sin
pasarnos) es una elemental para progresar en cualquier área. Por una parte, es
importante no ser demasiado duros con nosotros mismos y cuidar nuestra
autoestima.
Descubrir nuestros puntos débiles puede resultar
desagradable, pero es una de las claves del éxito más indispensables. Nos permitirá
trabajar para mejorar nuestras habilidades y descubrir estrategias que nos
acerquen más a nuestros objetivos. Si no estás acostumbrado a analizarte,
puedes establecer un momento al día cada cierto periodo de tiempo para sopesar
tus pros y tus contras. Felicítate por tus logros y elabora un plan para
avanzar en las áreas que consideres necesarias.
9. Confía en ti
No nos suele gustar la gente arrogante, pero tampoco solemos
creer en alguien que titubea a la hora de vender una idea. Ejercita tus
competencias comunicativas. Si investigas, practicas y desarrollas un producto,
idea o cualquier elemento que valga la pena, tienes todo el derecho del mundo a
estar seguro. Y si aún no sabes qué hacer, ten claro que lo importante es la
actitud. Nadie nace siendo un triunfador, la autoconfianza es la clave para
mantener la motivación y progresar.
10. Eleva tu autocontrol
En ocasiones el miedo, los síntomas del estrés, la pereza o
la ira nos invaden y no nos dejan contemplar la situación desde un punto de
vista holístico. Es natural que nos bloqueemos un momento ante una adversidad
o simplemente por cansancio. Sin embargo, no debemos permitir que algo nos
impida avanzar. Es preciso que aprendamos a dominar nuestros pensamientos y
nuestra conducta.
Acciones que realizamos a menudo, como procastinar o pensar
en comentarios que nos han afectado y no nos aportan nada, repercuten
negativamente en nuestras tareas. Es muy fácil que caigamos a la tentación
teniendo estímulos cerca que nos estorben para concentrarnos. Hace falta mucha
fuerza de voluntad para no abrir una tableta de chocolate cuando queremos
estudiar o para no acercarnos al móvil si está sonando.
Hay diversas técnicas para incrementar nuestro autocontrol,
la idónea para nosotros dependerá de cuál sea el área que deseemos mejorar.
Podemos probar técnicas de relajación, evitar distracciones innecesarias, centrarnos
firmemente en imaginar las ventajas que tendrá alcanzar nuestra meta y ensayar
cualquier truco que favorezca que nos centremos en nuestros propósitos.
11. Sé paciente
No te desanimes si los resultados no se advierten
inmediatamente o si te equivocas. De hecho, disfrutarás más de tus logros si
no llegan a la primera. El proceso de cumplir un sueño se puede disfrutar de
principio a fin, depende de nuestra actitud.
Genios como Van Gogh nunca vieron su triunfo llegar y
perseveraron. Afortunadamente, en nuestra época disponemos de más
oportunidades para darnos a conocer, como las que nos brindan las redes
sociales. Llevar la espera con templanza y calma es una de las claves del
éxito principales. Las grandes victorias no llegan con frecuencia en dos
días. Si es así, es posible que sean efímeras y banales.
12. Sé humilde
Esta cualidad es indispensable en cualquier fase de la
búsqueda del éxito, independientemente de lo deslumbrantes que sean nuestros
honores. Un exceso de soberbia puede desmerecer todo nuestro duro trabajo. No
vale con la falsa modestia, nunca sabemos de quién podemos aprender algo.
13. Infórmate bien
Es preciso que conozcamos a fondo el campo en el que
deseamos triunfar. Por ejemplo, si deseas ser un entrenador de fútbol
fantástico y que tu equipo gane la liga, no trabajes hasta la extenuación sin
conocer a los grandes maestros de tu disciplina, tu competencia, técnicas de
relajación, los hábitos y deseos de tus futbolistas, etc. No dejes de renovar
tus conocimientos.
14. Asómbrate por todo
La curiosidad que sienten los niños ante cada evento de su
día a día es algo que no deberíamos perder nunca. No tengas miedo a hacer
preguntas (por absurdas que sean). Tal vez descubras la respuesta a tu reto a
partir de la duda más inesperada. Puede que pienses que tu sueño es cantar a
nivel profesional o ser un gran médico y que tu meta no está relacionada con
las matemáticas o la antropología.
Sin embargo, nunca sabemos qué nos va a permitir encontrar
la inspiración ni con quién nos tropezaremos gracias a conocimientos en otras
disciplinas menos afines a la nuestra. Además, el saber no ocupa lugar. Nos
convierte en personas mucho más interesantes y permite que establezcamos
asociaciones entre conceptos infinitamente más insólitas y creativas.
15. Consulta la opinión de otras personas
A veces nos centramos tanto en una meta que perdemos
totalmente la objetividad al respecto. Es básico alejarse un momento del
proyecto y preguntar a gente de diversos perfiles cuál es su valoración de la
situación. Es preciso que estemos preparados para encajar las críticas y que
solicitemos la ayuda de gente honesta. Asimismo, también debemos saber cuándo
es necesario delegar decisiones o tareas en los demás.
16. Dedica tiempo a actividades creativas y gratificantes
Tal vez opines que la creatividad no es tu punto fuerte o
que no tienes tiempo para ella. No obstante, concentrarte en realizar un diario
gráfico, escribir poesías, crear coreografías para tus canciones favoritas o
cualquier actividad similar te alejará de tus problemas cotidianos y
desarrollarás tu pensamiento divergente.
Por otra parte, pasar un rato a la semana en un voluntariado
o en cualquier tipo de labor solidaria también puede repercutir positivamente
en nuestro bienestar general y aportarnos energía. Entrar en contacto con gente
que vive una realidad diferente a la nuestra nos aporta una perspectiva
novedosa e inspiradora.
17. Cuida tus relaciones sociales
Es imposible vivir aislado en una sociedad tan
interconectada como la nuestra. Las relaciones interpersonales son complejas y
en ocasiones insatisfactorias. Aún así, tienen más pros que contras. Sin un
apoyo sólido no llegaremos a ninguna parte. Luchar duramente por un objetivo
implica soledad, pero no se debe perder el contacto con la realidad. Lo mejor
de los triunfos es poder compartirlos.
18. Vence el miedo a equivocarte
Hace falta mucho valor para tratar de tener éxito. Este
camino conlleva desilusiones e innumerables fracasos. De hecho, si nunca has
tenido un error, seguramente sea porque no has salido de tu zona de confort.
Pensar en qué dicen los demás es contraproducente si nos centramos en los
comentarios negativos y nos los tomamos de forma personal.
Las caídas son una parte imprescindible de los procesos
creativos porque nos permiten explorar vías que no funcionan y descubrir
accidentalmente otras alternativas fascinantes. Asimismo, explorar nuevas
técnicas de resolución de problemas te ayudará a evitar errores prescindibles.
La gente que confíe en tu proyecto valorará que lo hayas
intentado y seguirá apoyándote si muestras que estás dispuesto a ir a por
todas. En cuanto a la gente que se dedica a criticar con malas intenciones o
por aburrimiento, no merece que te afecten demasiado sus palabras. Es vital
analizar tanto los comentarios positivos como los negativos, pero también
saber cuándo descartar los pensamientos que no nos aportan nada.
19. Recuerda que tú eres el responsable de tus acciones
No puedes controlar todas las variables que van a afectar a
tu trabajo o las que repercutirán en tu situación. Pero sí puedes escoger tu
actitud. Echar la culpa a terceras personas por los fracasos sólo empeora
nuestros resultados y aumenta nuestra tensión. Tú tienes el suficiente poder
para dominar tus acciones, emociones y pensamientos si realmente estás
dispuesto a alcanzar tus objetivos.
20. Haz más de lo que esperan de ti
Demuestra lo que vales. No se sobresale buscando soluciones
que sólo sean correctas. Actualmente la competencia es aplastante en la
mayoría de los campos y en estos casos “más es más”. Si de verdad te
interesa un puesto, una relación o deseas destacar en tu cualquier área,
aporta pruebas de que no eres uno más.
Por cierto, también es importante no confundir cantidad con
calidad. Analiza en profundidad lo que ha hecho tu competencia o lo que se
supone que debe hacer y trasciende cualquier límite. Y si tu trabajo no es
valorado, guárdalo, tal vez te hayan hecho un favor y puedas lucirlo en otra
ocasión.
No todo el mundo te va a querer, y si eres exitoso, habrá quienes
te odien sin conocerte.
No se trata de ser feliz cuando seas exitoso, se trata de
ser feliz mientras lo consigues.
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