Este es un tema de gran interés para los jóvenes ya que se
ha determinado que en la adolescencia, los jóvenes empiezan a fumar a la edad
de 13 años y a experimentar y abusar con las bebidas alcohólicas.
Beber es arriesgado y puede conducir a accidentes
automovilísticos, conducta violenta, intoxicación y otros problemas de salud.
Beber a una edad temprana aumenta el riesgo de desarrollar problemas de
alcoholismo en la vida adulta.
Por eso, abordar este tema abiertamente resaltando los
riesgos de beber puede ayudar a reducir las posibilidades de que los adolescentes
se conviertan en bebedores problemáticos.
En cuanto al tabaco, se dice que más del 90% de los
fumadores empiezan antes de cumplir 18 años, alrededor del 30% de los fumadores
adolescentes seguirán fumando y morirán temprano de cáncer en el pulmón o una
enfermedad relacionada con el tabaco. Además, los fumadores adolescentes son
más propensos a tener ataques de pánico, trastornos de ansiedad y depresión.
Alcohol es una de las drogas más antiguas conocidas por el
ser humano y la más consumida en España. Junto al tabaco, es la que más
problemas sanitarios causa. Consumido en exceso y de forma descontrolada puede
llegar a causar problemas graves (accidentes de tráfico, violencia, problemas
de salud, alcoholismo).
El alcohol se obtiene de la fermentación de los jugos
azucarados de diversas plantas o de sus frutos y su graduación alcohólica
depende de su origen.
Alcohol y jóvenes
El alcohol es una de las drogas de las que más cantidad se
consume, que causa el mayor número de dependientes y que más problemas
sanitarios y sociales conlleva. La ingesta de alcohol afecta a todos los grupos
sociales y de edad, aunque los jóvenes de entre 18 y 24 años constituyen uno de
los grupos que más consume alcohol. Un dato alarmante es que los menores de 18
años comienzan el consumo más tempranamente en relación a jóvenes de la misma
edad de hace unos años. Según datos del informe El alcohol en Europa,
presentado en 2006 ante la Comisión Europea, uno de cada ocho adolescentes de
15-16 años se ha embriagado más de veinte veces en su vida y uno de cada seis
ha incurrido en el denominado atracón de alcohol tres o más veces en el último
mes.
Existen muchos productos con contenido alcohólico al alcance
de jóvenes a un precio bastante asequible y no penalizado por ley, a menos que
se beba en la vía pública.
Es muy importante destacar que la adolescencia es una etapa
muy vulnerable frente a las adicciones, ya que los efectos nocivos de cualquier
tóxico son más perjudiciales en un organismo en proceso de de sarrollo. Un
informe elaborado por el Plan Nacional de Drogas señala que el daño neuronal
ocasionado por el alcohol es más intenso en los jóvenes y que el etanol ejerce
una influencia negativa muy fuerte sobre el proceso de desarrollo cerebral, con
consecuencias nefastas en la capacidad de memoria y aprendizaje.
Efectos del alcohol
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que
adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores
y que produce desinhibición conductual y emocional. Aunque en un principio
parece estimulante por la euforia que provoca esto no es más que la sensación
que se origina cuando el alcohol actúa sobre los centros cerebrales
responsables del autocontrol.
También caben destacar los problemas sociales ocasionados
por la ingesta de alcohol, ya que puede llegar a producir alteraciones en las
relaciones con la familia, los compañeros de colegio y los profesores, y puede
conllevar una merma importante del rendimiento escolar y la aparición de
conductas agresivas.
No hay que olvidar que el alcohol está presente en un alto
porcentaje de accidentes de tráfico, especialmente entre los jóvenes. Se estima
que el incremento del riesgo de sufrir un accidente de tráfico mortal con tasas
de alcoholemia de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre es máximo en la población
de 16-17 años.
Consecuencias para la salud
Según la OMS, el alcohol es el tercer factor de riesgo para
la salud de los ciudadanos en los países desarrollados y su consumo está
relacionado con el desarrollo de más de sesenta enfermedades. Las consecuencias
del abuso de alcohol sobre la salud son muchas y muy graves. Cabe destacar la
hipertensión, infartos, gastritis, úlceras, hepatitis, pancreatitis, cirrosis,
desnutrición, anemia, impotencia sexual, trastornos menstruales,
cardiomiopatías... Además, el consumo de alcohol se relaciona directamente con
mayores índices de mortalidad por accidentes de tráfico, problemas de
interacciones con medicamentos y alteraciones del comportamiento.
Los costes económicos globales del consumo de alcohol en
España se aproximan a los 3.800 millones de euros al año, según un informe
presentado este año de la Comisión Clínica del Plan Nacional de Drogas.
Los estudios señalan que, si bien el consumo crónico de
alcohol afecta más intensamente a la salud, los consumos agudos e intensos
también provocan alteraciones graves. Este patrón de consumo se puede aplicar a
los jóvenes, es decir, consumos intermitentes y profundos, especialmente
durante los fines de semana.
Los efectos del consumo excesivo de alcohol van desde la
intoxicación etílica aguda hasta el aumento de la tensión arterial, el
accidente cerebrovascular agudo o el hemorrágico cerebral y la fibrilación
auricular y ventricular, estos últimos relacionados con algunos casos de muerte
súbita.
Aparte de estos daños que se pueden producir en el cuerpo
humano, caben destacar otros como alteraciones del tubo digestivo, lesiones en
la boca y faringe, trastornos esofágicos, incluido el cáncer, gastritis,
úlceras y cáncer de estómago, alteraciones de la absorción intestinal y
episodios diarreicos. Además, es la causa más frecuente de pancreatitis aguda y
crónica, cirrosis, hepatitis alcohólica o cáncer de hígado.
El alcohol también afecta al sistema nervioso central y
puede llegar a ocasionar demencia y diversas formas de neuropatía, trastornos
mentales y alteraciones del comportamiento, pérdidas de memoria, ansiedad,
trastornos del sueño, cambios bruscos de humor, cuadros sicóticos, e incluso,
un aumento del riesgo de suicidio, ya que la probabilidad de suicidio es entre
60 y 120 veces mayor en alcohólicos que en la población general.
También se pueden presentar alteraciones en casi todos los
órganos y sistemas corporales, como las alteraciones en las tres series
celulares de la sangre, alteraciones endocrinas (atrófia testicular e
infertilidad) y enfermedades del aparato locomotor (osteoporosis y trastornos
musculares).
Efectos fisiológicos del alcohol
Una vez que el alcohol pasa a través del tubo digestivo va a
la sangre, alcanzando su máxima concentración a los quince o veinte minutos de
haber sido ingerido. El exceso de alcohol es procesado en el hígado para ser
eliminado, por lo que este órgano junto con el cerebro son los más perjudicados
durante la ingesta de esta droga.
Los efectos del alcohol dependen de varios factores, entre
los que destacan:
- La edad: la ingesta de alcohol es especialmente nociva
mientras el organismo se encuentre madurando.
- El peso: los efectos negativos afectan más a personas con
menor masa corporal.
- La cantidad ingerida.
- La rapidez de la ingesta.
- El sexo: fisiológicamente, la tolerancia femenina es, en
general, menor que la masculina.
- La combinación con bebidas carbónicas: aceleran la
intoxicación.
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