1. Afeitarse con motosierras, espadas o hachas.
Porque después de hacer eso, nadie podrá juzgar su masculinidad cuando se apliquen un poquito de crema hidratante con aloe vera.
2. Conducir en dirección a un tornado sin sentir una pizca
de temor en sus almas pero aterrorizarse ante un producto de belleza color
rosa.
3. Seducir a una mujer demostrando que tienes las
habilidades básicas para utilizar un quitagrasas en spray sin dificultad.
"Genial, tienes
las habilidades que te convierten en un ser humano funcional intactas... ¡acostémonos!"
4. Llamar a la depilación "depilación masculina" y
depilarse siempre en lugares que tengan un fondo oscuro y preferiblemente azul.
5. Atraer a todas las mujeres del mundo el día en que usáis
desodorante.
A ver, atrae mucho
más que no llevar desodorante, pero tampoco es pa' tanto.
6. Gritar cuando ven una cerveza.
No me quiero imaginar
a estos señores el día que descubren, no sé, los bares.
8. Ponerse muy contentos cuando se echan desodorante.
¡Es una experiencia tan mágica!
9. Soportar una paliza de unos mafiosos italianos por no
darles tus capsulitas de café.
Claro que sí.
10. Ir haciendo el cuadro en una primera cita intentando
estar siempre por encima de ella...
...en lugar de admitir que simplemente estás calvo.
11. Ponerse muy contento al entrar en el baño y encontrarse
con su producto favorito de todos los tiempos: una crema depilatoria.
¿Os produce tanta
felicidad?
12. Y chasquear los dedos y que se le caigan las bragas a
una mujer que acabas de conocer.
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