1. Llevar pantalón corto o falda y cruzar un momento las
piernas... para luego tener que separarlas como si fueran dos lonchas de queso.
2. Tener la regla en verano y disfrutar de la mezcla de
sangre y sudor vaginal.
3. No saber si te suda el culo o si en realidad es la regla.
4. Afeitarte alrededor de la ingle porque por lo visto
parece mejor que esté toda roja e hinchada que tener pelo.
5. O hacerte la cera solo para que el vello púbico vuelva en
forma de pelos enterrados y cañones raros y desiguales.
6. Levantarte de una silla de plástico y ver en ella todo un
mar de sudor del trasero.
7. Tener que despegar el culo de una silla como si
estuvieras despegando la etiqueta de una botella de agua.
8. Sentarte en pantalón corto sobre un asiento de tela en el
tren e imaginarte todos los traseros que han sudado ahí antes que el tuyo, que
ahora lo absorbe todo.
9. Intentar rascarte disimuladamente la ingle en público
porque te la has afeitado y ahora te arde.
10. Que te sude la entrepierna y todo te pique MÁS todavía,
así que te tapas la vagina con el bolso para rascártela en público de forma
discreta como una dama.
11. Ponerte un bonito vestido veraniego y, kilómetro y medio
después de salir de casa, darte cuenta de que te rozan los muslos... así que lo
único que puedes hacer es remangártelo entre las piernas y caminar como un
pingüino el resto del día.
12. Nadar en el mar, volver a ponerte el vestido y conocer
el SIGUIENTE NIVEL de las rozaduras de los muslos con el agua de mar.
13. Y oler a pescado; un olor mezcla de crema solar, sudor y
agua de mar.
14. Llevar un pantalón corto que se te clava en los muslos y
te deja unas rojeces ridículas cuando te lo quitas.
15. El olor especial de los sujetadores en verano. Y es que
no hay modo de que los puedas lavar lo bastante a menudo como para combatir el
hedor, así que te limitas a hacer lo que puedes.
16. Acumular un lago de sudor en la espalda debajo del
sujetador.
17. Y si tienes un sujetador blanco, como que... cambia de
color.
18. Igual que el resto de la ropa interior.
19. Dormirte con calor y despertar con el cuello tan sudado
que ha llegado a empaparte el pelo. Y si tienes el pelo largo, se te han
quedado unos mechones pegados a la frente y al cuello como serpientes salvajes
y mojadas.
20. Subirte a un tren donde hace calor y que se te derrita
el maquillaje de la maldita cara.
21. No darte cuenta de que se te ha derretido el maquillaje,
que parece que has estado llorando de histeria, hasta que unas horas después
por fin te ves la cara en un espejo.
22. La megahinchazón antes de la regla en verano, que te
hincha todo el cuerpo como un globo aerostático gigante.
23. Las majestuosas cataratas de sudor que manan de las
tetas.
24. Los gloriosos y espectaculares océanos que se te
acumulan en el canalillo.
Estresarte por la amenaza constante para tus tetas de
las camisetas de verano y los bañadores dados de sí.
26. Estrenar zapatos planos de verano y que se te acaben
pelando los talones.
27. Tener que limpiar la sangre de unos zapatos nuevos.
Zapatos nuevos que huelen a pies en verano. Y a sangre.
28. Estrenar unas sandalias de cuero con tiras que te
mutilan por completo los dedos pequeños de los pies.
29. Ver luego que a los dedos pequeños de los pies les salen
unos callos para protegerse en verano que, en general, parecen unas grandes
ampollas asquerosas.
30. Olvidarte de afeitarte los dedos de los pies, de modo
que llevar una bonita pedicura y pelos largos en los dedos gordos echa un poco
a perder la elegancia.
31. Llevar sujetadores sin tirantes con camisetas de verano,
lo que suele terminar en una lucha sofocante, pegajosa y sudorosa por respirar
sin que se te salga una teta y sin que paséis vergüenza tu gente y tú.
32. Sentarte en la hierba de un parque con falda y tener
problemas para echarte a un lado, como una torpe patinadora sobre hielo, para
levantarte sin exhibirte ante los demás.
33. Que te queden marcas de hierba por todas las piernas.
34. Ir a la playa con la regla e imaginarte que el cordón
del tampón se te sale del bikini y ondea al viento como una bandera que dice
¡"EH, GENTE, QUE ESTA TÍA ESTÁ SANGRANDO EN LA PLAYA!".
35. Llevar una braga de bikini que, o es tan pequeña que te
la tienes que estirar, o te cuelga por todas partes.
36. Pensar que lograrás un bonito moreno todo uniforme, pero
luego acaban dejándote marca el bolso o las gafas de sol.
37. Quemarte el culo con la forma del bañador.
38. Quemarte el primer día que pasas al sol y pasarte luego
el resto de la semana pelándote como el queso parmesano rallado.
39. Ir a la playa y acumular una montaña de arena en la
braga del bikini.
40. Que se te pegue la arena en sitios en los que se supone
que no hay arena.
41. Llevar un vestido playero cuando hace calor y que se te
suba y se mezcle con el sudor vaginal.
42. Al hacer ejercicio, acumular tanto sudor en el pelo como
para poder acabar escurriéndolo.
43. Acumular tanto sudor debajo de la nariz que parezca que
llevas un bigote brillante y reluciente.
44 Llevar tanga en verano y tener que quitártelo para orinar
como si estuvieras quitándole la cuerda a un buen jamón.
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